El uso medicinal o terapéutico de insectos o de productos derivados de insectos se denomina “Entomoterapia”, término acuñado por Eraldo Medeiros Costa-Neto, profesor investigador de la Universidad Estatal de Feira de Santana, estado de Bahía – Brasil. Sin embargo, el tratamiento de enfermedades basado en insectos se remonta a más de 1500 años antes de Cristo, fecha en que se tiene registro de este tipo de tratamientos con insectos y arañas en el papiro egipcio de Ebers.
Uso medicinal desde la antigüedad
En la medicina tradicional china, con al menos 3000 años de antigüedad, se conoce el tratamiento de enfermedades con gusanos de seda y el uso de larvas de varias especies de moscas para el tratamiento te heridas.
Fotografía por Quang Nguyen Vinh
El gusano de la mosca verde (Phoenicia sericata) ha sido muy efectivo desde tiempos remotos para el tratamiento de tejidos engangrenados o muertos en personas y animales. Las larvas limpian el tejido, tienen acción antibiótica a través de la Alantoína inhibiendo la acción bacteriana y favorecen la curación.
La miel de la abeja angelita (Tetragonisca angustula angustula) tiene una acción antibiótica contra la bacteria “Escherichia coli” (que normalmente vive en el intestino humano, pero que puede causar enfermedades al comer alimentos contaminados con heces) y “Staphilococcus aureu“. También se ha descubierto actividad anticancerígena y anti-VIH en extractos etanólicos de la miel de la abeja doméstica (Apis mellifer).
El uso medicinal de los insectos ha sido principalmente transmitido por tradición oral entre comunidades indígenas y ancestrales alrededor de todo el mundo. Desde países con tradiciones indígenas muy marcadas como México, con al menos 210 especies diferentes de insectos con usos en la medicina tradicional mexicana, hasta países menos conocidos por su tradición indígena como Corea del Sur, quienes usan artrópodos como el ciempies y el gusano de seda para diversos tratamientos medicinales.
Perspectivas a futuro
En la actualidad hay un gran avance en el aislamiento de componentes activos presentes en insectos para su evaluación farmacológica. Hay un potencial muy prometedor para la producción de antibióticos, anticancerígenos, medicamentos para el tratamiento neurológico, entre muchos otros, además de los ya ampliamente conocidos usos en la medicina tradicional.
Por lo anterior, se realizan diversos estudios para verificar la efectividad de los insectos, o de productos derivados de ellos, en el tratamiento de enfermedades. Lo cierto es que con más de un millón de especies de insectos, arácnidos y otros invertebrados, hay un potencial inagotable y todo un camino por recorrer en la investigación científica para el desarrollo de la medicina con base en estos pequeños seres vivos.
Fotografía por Frank Meriño
Los insectos no solo tienen un gran potencial para el tratamiento de enfermedades, sino también para la nutrición humana y la erradicación del hambre en países pobres.