No exageraríamos al decir que la mayoría de los citadinos adoran tener un lindo patio con plantas de exóticos colores en sus hogares. Lastimosamente con frecuencia estos espacios verdes resultan afectados por organismos que pueden enfermar o incluso terminar con la vida de nuestras plantas, hablamos de las plagas en los jardines.
¿Qué son las plagas en los jardines?, ¿Por qué aparecen?
Una plaga se desarrolla a partir de la aparición de organismos no deseados, sean estos insectos u otros animales, otras plantas y hongos principalmente, en nuestros jardines o macetas. El motivo más común para que surjan es un inadecuado manejo fitosanitario, por un posible descuido de nuestras plantas o la aplicación excesiva e incorrecta de fertilizantes o pesticidas.
Recordemos que en los bosques naturales existe una gran variedad de especies de plantas. Cada una cuenta con características únicas que se transforman en el hábitat ideal para el resto de formas de vida, dando lugar a una alta biodiversidad. Cuando existen muchas especies distintas, sus poblaciones se controlan entre sí a través de interacciones ecológicas, manteniendo el equilibrio en el ecosistema.
En superficies donde se eliminan los bosques y la vegetación natural, este control entre poblaciones desaparece, y algunos organismos se vuelven tan abundantes que se terminan convirtiendo en plagas al no tener un depredador. Esto aplica tanto para superficies destinadas a la agricultura como jardinería. Aunque el principio es el mismo que el del sector agrícola, existen diferencias en las maneras de controlar las plagas en los jardines.
Por otro lado, y aunque son muy bonitas, las plantas exóticas (que no son propias de una región) pueden ser las mismas que traigan las plagas. Mientras que, aunque menos llamativas, las plantas nativas o endémicas necesitan más atención por parte de los aficionados a la jardinería, puesto que forman parte de la flora ancestral de una zona.
¿Cuáles son las plagas más frecuentes?
De entre las plagas más comunes resaltan la de los ácaros, babosas y caracoles, polillas, moscas y hormigas. Para una problemática como ésta existen soluciones preventivas y correctivas, siendo las primeras las más convenientes pero las menos aplicadas puesto que cuando nos damos cuenta de que tenemos plagas, ya tenemos todo construido. Se deben tomar entonces acciones correctivas, que pasan por el uso de pesticidas muy agresivos que pueden afectar nuestra salud si es que no se aplican con precaución.
Existen alternativas naturales para los pesticidas químicos tradicionales, como el uso del zumo de algún cítrico combinado con vinagre para ahuyentar a las hormigas. También la aplicación de agua jabonosa o con ají, ajo o cebolla para los ácaros. Incluso hay quienes recomiendan sembrar ciertas especies de plantas como la menta o la ruda para prevenir la aparición de plagas, aunque la efectividad de este método queda por ser demostrado.
Retomando los métodos de prevención, una adecuada planificación en la construcción de nuestro jardín resulta más que beneficiosa, para lo cual deberíamos incluir una elevada cantidad de especies diferentes, por el efecto natural de control poblacional mencionado anteriormente. Adicionalmente, la tierra en la que se pretende sembrar debe ser fertilizada con productos de preferencia orgánicos, pero se debe cuidar no excederse en su aplicación puesto que implicaría una contaminación del suelo que podría llegar al subsuelo y los cuerpos de agua subterráneos.
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