Muchos se nos acercan atraídos principalmente por nuestros cupcakes o los snacks, otros por simple curiosidad, estamos en una feria de emprendimientos después de todo. Les informamos cuál es el ingrediente secreto: insectos comestibles, y con una mordida basta para que pierdan el miedo hacia estos “superalimentos”.

Actualmente los alimentos fortificados con proteína de insecto se califican como altamente nutritivos de acuerdo a numerosos estudios científicos, libros y artículos de prensa. En caso de que aún no te hayas enterado, los seres humanos consumen regularmente alrededor de 2100 especies de insectos (1). A la práctica de comer insectos se le denomina entomofagia (del griego “entomos”, que significa insecto y el término “fagía”, que significa comer) (2).  

Cría de insectos comestibles

A gran escala, sin embargo, con fines alimenticios solamente se crían en granjas especializadas especies como el grillo domestico o el gusano de la harina. En el caso de estas 2 especies es importante aclarar que no son extraídos de la naturaleza, sino criados en establecimientos autorizados libres de sufrimiento animal. Los insectos se alimentan de frutas y vegetales y diversos tipos de granos o cereales e incluso hay insecticultores que incluyen algún tipo de balanceado en la dieta (1).

KuruOrganics nació y trabaja adoptando esta práctica responsable de manejo de entomofauna, cada vez más en auge en el mundo. Para incentivar la entomofagia, procesamos nuestros insectos hasta convertirlos en harina, y junto al apoyo de un chef, elaboramos alimentos fortificados y los presentamos al público.

Volviendo a nuestra feria, generalmente “una mordida basta” para que nuestros innovadores alimentos ganen más adeptos, ya que después de ver a alguien atreverse a probar insectos comestibles, el resto se también anima a hacerlo. “Con tal de que no se vean las patas o las alas” nos comentan algunos clientes. Consumirlos acarrea beneficios para nuestro organismo por su alto contenido en nutrientes esenciales, vitaminas, fibra y proteína. Por otro lado, su cría especializada apoya en la mitigación de problemas globales como el cambio climático, al reducir indirectamente la demanda de otras fuentes tradicionales de proteína.

Puedes encontrar las referencias bibliográficas en el siguiente link.

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No es novedad que la actual preferencia de fuente de proteína en la alimentación, como la carne de res, contribuye de manera importante al cambio climático. La FAO indica que para generar un kg de carne se requiere invertir hasta 15 000 litros de agua mientras que para un kilogramo de cereal se requiere 4 000 litros de agua (1). Por esta razón se ha puesto interés en nuevas fuentes de alimento, como los insectos, para cuya producción se invierte un porcentaje mínimo de recursos como agua y energía. Pero ¿cómo son las preferencias de consumo de insectos en el mundo?

Se conoce que para fines alimenticios América Latina, África y Asia son las zonas con mayor consumo de insectos (2). Aunque no es tradicional hacerlo en Europa, la necesidad de buscar fuentes de superalimento han permitido que en este continente se desarrollen técnicas para la cría de insectos. La cría de estos animales en Europa creció tanto que la especie de escarabajo Tenebrio molitor fue aprobada y recomendada como alimento por la UE. En occidente la gente conoce los beneficios del consumo de insectos pero prefieren no ingerirlos u optan por opciones donde los insectos no sean evidentes. Esta condición especial se debe a que en sociedades occidentales los insectos se dejaron de consumir en gran escala hace algún tiempo (3).

Preferencias de consumo en el mundo

Evidencias indican que en prácticamente todos los continentes se ha consumido o se consumen insectos. En zonas asiáticas la tendencia de consumo de insectos como alimento ha aumentado en el último tiempo (4). Se considera que en zonas tropicales existe más consumo de insectos pues en estas áreas es posible encontrar un mayor tamaño que en otras localidades. De las miles de especies de insectos consumidos en el mundo, 349 habitan en Asia y los grupos preferidos son grillos, orugas y avispas (3).
El grupo de insectos más consumido en el mundo son los escarabajos (Coleoptera), grupo que coincidentemente es el más abundante de todos los insectos. En África, en la zona subsahariana se tiene especial interés por degustar las orugas o larvas de mariposa (Lepidoptera) (5). Aunque en toda África se consumen insectos en diferentes estadios (larva, pupa y adulto), en la zona oriental de África la población tiene un interés especial por cultivar insectos a escala comercial. La venta de insectos se enfoca en balanceados y para consumo humano luego de tratamientos de cocción, tostado, horneado e incluso secado al aire (6).

Por su parte, en Latinoamérica los países con una mayor riqueza de especies de insectos son México, Brasil, Ecuador y Colombia; y coincidentemente estos países son los principales lugares donde existen tradiciones o costumbres referentes al consumo de insectos. Se tiene registro que las especies de artrópodos son consumidas en estadios inmaduros (desde huevos hasta larvas) y maduros (individuos adultos). Si bien los latinoamericanos consideran que esta práctica es costumbre rural, en algunas zonas urbanas es común el uso de derivados de insectos en un contexto medicinal (miel de abeja) y en ocasiones también se degusta insectos de estación (7). Entonces con una población en aumento es fundamental fortalecer el consumo de insectos como una vía para asegurar una nutrición adecuada a nivel mundial.

Referencias bibliográficas en el siguiente link.

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Actualmente se estudia el consumo de insectos para controlar la diabetes. Para entender la razón de estos análisis es importante comprender de qué se trata esta enfermedad: la Diabetes es una enfermedad muy común, responsable de 1.5 millones de muertes en 2019 (1) y que afecta a 62 millones de personas en toda américa (2).  

La exhaustiva ingesta de glucosa genera un sobre trabajo en células especializadas del páncreas, las cuales generan la insulina necesaria para procesar el azúcar que ingresa al cuerpo. El desgaste pancreático debido a la sobrecarga constante de glucosa causa resistencia a la insulina, la misma que puede derivar en Diabetes.

El inadecuado metabolismo de carbohidratos (azúcar) se relaciona con sobrepeso, acumulación de lípidos y otras características como exceso de sed y cansancio constante (3). Pero ¿cómo se relaciona el consumo de insectos con la solución a los problemas derivados de la diabetes?

El consumo de insectos para controlar la diabetes y el  tratamiento de enfermedades

Se conoce popularmente que el consumo de insectos y/o derivados pueden ser útiles para tratamientos de diferentes enfermedades. Uno de los casos más comunes es el beneficio del veneno de abejas y avispas para tratar la artritis. En México se conoce que el consumo de insectos xamues controla la diabetes, aunque aún no es claro el mecanismo de acción (4). 

Un estudio registró en el gusano de la harina (Tenebrio molitor)  pequeñas moléculas que evitan que el intestino absorba excesivamente azúcar (inhibidores de α -glucosidasa). Por ello, para regular los índices glucémicos, podría recomendarse el consumo de proteínas de insecto como alternativa nutricional (5). 

A conclusiones similares se llegó al tratar ratones diabéticos con soluciones de extracto de Gryllus bimaculatus (grillo de dos puntos). El tratamiento protegió las células pancreáticas del desgaste y mejoró la tolerancia de la glucosa al reducir la sobre concentración de azúcar en sangre (6). Además se evidenció que un extracto del capullo de un gusano de seda en alcohol es capaz de controlar el sobrepeso en ratones diabéticos (4).

Aunque todavía falta investigación en relación con los efectos que tiene el consumo de insectos para la salud humana, es indudable que cada vez la entomofagia acarrea mayores beneficios a considerar.

Referencias bibliográficas en el siguiente link.

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Pocos serán quienes no han visto la película “El rey León”, una que ha marcado la infancia de muchos. Si bien el filme tiene como eje principal la vida del león Simba, esta no sería tan divertida sin sus grandes amigos Timón, un suricato, y del jabalí Pumba. Los animales acogen a Simba y lo introducen en su nueva vida de “Hakuna Matata” que incluye una dieta a base de “viscosos pero sabrosos insectos”. Si por casualidad vuelves a ver la película podrás notar que bajo un tronco los personajes encuentran varios invertebrados. Los escarabajos, orugas, chinches e incluso lombrices, son animales que más resaltan.

¿De qué se alimentan en realidad?

Como en muchas de las películas animadas, la realidad es llevada a otro nivel y no se ajusta a las preferencias alimenticias de Pumba. Este jabalí verrugoso es considerado una especie omnívora pero prácticamente toda su dieta es dominada por especies vegetales. En un estudio se encontró que el jabalí verrugoso es capaz de alimentarse de más de 60 taxones o tipos de plantas, teniendo mayor preferencia por las gramíneas o hierbas (2). Gracias a su hocico, colmillos y capacidad de arrodillarse con las patas delanteras se hidrata a través de raíces que encuentra al escarbar (3) y en ese preciso momento ingiere algunos insectos que complementan su dieta.

Por su parte Timón prefiere una dieta basada en insectos aunque no están demás arañas, escorpiones y pequeñas serpientes en algunas épocas del año (4). Su dieta incluye escarabajos, mariposas, termitas, grillos y moscas (5). Los suricatos tienen una dieta ideal, pues al ser insectívora se conoce que contiene altos niveles de proteína (6) además que tiene bajos porcentajes de grasa saturada y colesterol (7).

En conclusión, los insectos son una excelente y sabrosa fuente de alimento, tan solo debemos darnos la oportunidad que se dio Simba. ¿Por qué no probarlos y enamorarnos de su sabor mientras vivimos sin preocupación? ¡Hakuna matata! Viscosos pero sabrosos.

• Referencias bibliográficas disponibles en el siguiente link.

En Ecuador es muy popular el consumo de Chontacuro en la región amazónica, pulsa aquí si quieres leer un poco más sobre éste viscoso pero sabroso insecto.

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Con cerca de 2000 especies de insectos comestibles en el mundo. ¿A qué saben los insectos? es una pregunta difícil de responder.

Seguramente la mayoría de nosotros ha probado o probará durante su vida entre 10 y 20 diferentes especies de animales, entre ellas: res, cerdo, pollo, pavo, cabra, oveja, conejo, pato, pescado y cuy, por nombrar algunas. Sabemos con cierta exactitud de qué se alimentan estos animales en cautiverio y conocemos su sabor en nuestro plato. Por otro lado, considera que algunas de las 2000 especies de insectos comestibles en el mundo se alimentan exclusivamente de una planta durante toda su vida, mientras que otras se alimentan de una amplia variedad de especies vegetales y de partes diferentes de las mismas, por lo que su sabor podría ser totalmente nuevo para nosotros y caracterizarlo representa un verdadero desafío. 

No obstante, podemos hacer aproximaciones a su sabor teniendo como base los alimentos que conocemos y comúnmente consumimos. A continuación te presentamos algunos de los insectos comestibles más comunes y su sabor más parecido:

• Las termitas crudas saben a piña y las termitas cocidas tienen un delicado sabor a vegetales.
• Los gusanos fritos de agave saben a semillas de girasol.
• Los escarabajos buceadores saben a almejas.
• Los saltamontes fritos saben a sardinas. 
• Las hormigas culonas fritas saben a carne seca.
• Las mantis religiosas, fritas a fuego abierto, saben a camarón y champiñones. 
• Las larvas de polilla de cera fritas saben a palomitas de maíz o papas fritas.
• Las arañas (arácnidos realmente) fritas saben a nuez.
• Las larvas de abejas fritas saben a pescado ahumado o a ostras.
• Las larvas del escarabajo de la palma de chonta saben a mantequilla
• El gusano de la harina sabe ligeramente a frutos secos, como la avellana o la almendra

¿Y tú? ¿Has probado algún insecto? ¿Cuéntanos en los comentarios qué insecto probaste y qué sabor percibiste?

Referencias bibliográficas en el siguiente enlace:

• https://pastebin.com/FJ7YvGjn

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